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jueves, 18 de junio de 2015

Mashups, de infringir copyrights a activos rentables para la industria de la música

Los mashups han dejado de ser perseguidos por la industria de la música porque generan en algunos casos más beneficios que los videoclips oficiales. YouTube y las productoras entienden que los vídeos generados por los usuarios o UGC son activos muy rentables en el nuevo modelo de negocio de la cultura participativa. Es una alternativa más a la monetización de los vídeos musicales.


Baku Morikuni, jefe del Media Lifecycle Service de Sony, afirmó ayer en las jornadas Bit Experience sobre tecnología audiovisual que las discográficas están ganando más dinero, en el caso de algunos artistas, con los mashups y vídeos generados por los usuarios que con los videoclips oficiales. Para Morikuni estos vídeos son activos capaces de aportar una rentabilidad, así que hay que saber cómo moverlos en la Red.

Baku Morikuni, General Manager Media Lifecycle Servie de Sony en Bit Experience

Las declaraciones de Morikuni están en consonancia con la federación internacional de discográficas (IFPI), que en su informe sobre la música digital de 2014 ya exponía algunos de los ejemplos que habían ayudado a los artistas a ganar dinero a través de los mashups. Entre ellos destaca la reacción del capitán Kirk de Star Trek a la polémica actuación de Miley Cyrus de la MTV Music Videos Awards.




¿Cómo monetizan las discográficas los mashups? A través del Google Content ID, es decir, un sistema que identifica la canción que está sonando en el vídeo no original y que posibilita a las discográficas reclamar los derechos de la canción a YouTube. Cuando comenzaron a proliferar los mashups, las discográficas persiguieron estos contenidos para eliminarlos porque infringían los derechos discográficos. Sin embargo, tanto YouTube como las productoras se han dado cuenta que estos vídeos atraen audiencia que se puede traducir en anunciantes y por lo tanto, tal y como explica Morikuni, se convierten en activos de alta rentabilidad. 

Lo cierto es que, además de la identificación, el canal del mashups también muestra un link directo para que se pueda comprar la canción en diferentes plataformas. Pero lo más importante, la utilización de la canción en un mashups funciona como musicidad, porque a la vez que suena la música se convierte en la propia publicidad de la canción insertada. Los vídeos generados por los usuarios o UGC multiplican los canales de difusión de la canción y eso significa más formas de monetizar el vídeo.

viernes, 24 de enero de 2014

El futuro de la industria de la música del #muwomlab obtiene sobresaliente en industria pero necesita mejorar en música

Foals en el Royal Albert Hall (London, 2013)

La industria de la música se mueve. De eso no hay duda y así se demostró ayer en el #muwomlab, un encuentro organizado impecablemente por Muwom en el Espacio de la Fundación Telefónica. Durante una mañana diferentes start up presentaron las propuestas que están desarrollando en la industria de la música. Resumiría la jornada con estas palabras clave que definen hoy el sector: smartphone (streaming, apps, distribución digital) crowdfunding, retransmisión de conciertos, social media y #musicidad. Salí muy motivada para seguir con mi tesis porque se habló mucho más de industria que de música. Ojalá que en futuras ediciones abran una puerta a la investigación sobre la música.

Tras siete años trabajando en la industria (Fnac) y cinco en la investigación de la industria y la música (UA) observo que los musicólogos han dedicado mucha literatura a la investigación de la industria, mientras que ésta desconoce la ayuda que la investigación puede ofrecer al presente y futuro de la música. Entre tanta Start-up, Spotify, Deezer, Ticketmaster,... eché de menos, entre otras cuestiones, una reflexión y un análisis sobre los significados de la música, sobre los géneros musicales y las comunidades que se generan a través de ellos. 

Si bien es cierto que la jornada fue acertada para conectar agentes de la industria, considero que el futuro de la música debe construirse entre industria, músicos, sociólogos y musicólogos, personas que desde un punto analítico y crítico aporten una visión reflexiva del sector. Este es uno de los objetivos de mi tesis que investiga la relación entre marcas y música. Espero alcanzarlo.

Por último, me entristece pensar que, con la necesidad que tiene este país de creación de empleo, se ignore esta industria como un sector productivo que merezca inversión publica o privada tanto en creación como investigación. Felicito por ello a los organizadores, por la iniciativa y el tesón de luchar por la industria de la música independientemente de la situación económica. 

La actualidad del evento fue recogida, entre otros, por Darío Manrique en El País.





miércoles, 20 de junio de 2012

¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas? San Miguel y Jamie Cullum unidos por la musicidad



San Miguel se mantiene fiel al público cervecero amante de la música. Todo un reto en un año de Eurocopa en donde la mayoría de las cerveceras han optado por disparar a las emociones que sienten los españoles por la Roja. La cervecera nos sorprendió en 2011 cuando De la Fe y Las Flores Azules promocionaron la cerveza de los "Ciudadanos de un lugar llamado mundo". Dieron carpetazo a aquello de que San Miguel "Donde va triunfa" y se modernizaron evocando connotaciones cosmopolitas: diversidad, interculturalidad, compromiso, pasión y defensa de la música en directo. Este año han vuelto con una segunda entrega espectacular con Jamie Cullum como protagonista y compositor del tema "Everything you didn't do" junto a la cantante Nita de Fuel Fandango, el rapero Frank T y el músico Carlos Sadness


San Miguel corrobora la hipótesis de que la música y la publicidad conviven en una relación simbiótica: musicidad. Así lo explica PRNoticias cuando informa que la campaña "sobrepasa el concepto de spot para convertirse prácticamente en un videoclip". Es una buena estrategia para mantenernos en el sofá sin cambiar de canal: la cultura gusta, pero la publicidad tradicional molesta. La marca ha vuelto a confiar en Toni Segarra para crear esta pieza paratextual de la anterior y que sigue la mísma línea de argumentación (o campo tópico que diría el semiótico Umberto Eco). 

Al ver el spot observamos cómo San Miguel connota ciertas premisas que comparten las personas que defienden la interculturalidad: Son más felices (y mejores personas) los ciudadanos de un lugar llamado mundo. Así lo certifica la marca cuando explica que la pieza es "una suma de estilos musicales diferentes que confluyen en un mismo mensaje: no existen barreras entre los ciudadanos del mundo". A través de estas connotaciones, la marca comunica que San Miguel es una cerveza que condena las fronteras como símbolo antinatural, por lo tanto el que beba San Miguel será más feliz y ayudará a mejorar un mundo en que caben todas las culturas. A estas premisas se unen otras convencionalidades: la música en directo exalta las emociones, ejerce de catalizadora de sentimientos. Cuando los protagonistas componen, cantan, ensallan,... configuran el iconograma de la música en directo y de sus efectos positivos sobre los amantes de la música.