Musicidad es música y publicidad, es una relación simbiótica entre marcas y bandas. Pero ante todo es descubrir, interpretar mensajes persuasivos o seductores, es compartir mi pasión por la música y la cultura.
jueves, 25 de mayo de 2017
La mesa de debate sobre música y publicidad del DcodeLab muestra la vulnerabilidad de la música ante el poder de las marcas
El festival DCODE celebró ayer en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense la segunda edición de #DCODELAB2017, un encuentro que reunió a profesionales de la industria de la música y del mundo de la comunicación que comparten con los alumnos sus conocimientos.
Con un auditorio lleno de alumnos implicados, tuve el honor de moderar la mesa de debate sobre #musicidad (música y publicidad), una relación que, en líneas generales, es simbiótica pero que, en ocasiones, es parasitaria para los músicos. Todos los participantes coinciden en el poder que tiene la música para conectar con las audiencias y en la importancia que tienen las marcas para la financiación de festivales, medios y youtubers. En este sentido, la sala aplaudió la petición de una ley de Mecenazgo que respalde la música popular.
Los profesionales que trabajan con músicos y marcas reconocen que no todo vale, que siempre intentan buscar el equilibrio y que los músicos, especialmente los consagrados, no se pliegan a los deseos de las marcas. En resumen, todos huyen de la publicidad invasiva y persiguen crear contenidos atractivos para la audiencia.
Sin embargo, mi tesis doctoral me aporta una visión más crítica: salvo contadas excepciones, me encuentro con marcas egocéntricas, que apuestan por artistas consagrados del pop y el indie y que no arriesgan con géneros minoritarios o músicos desconocidos. Es cierto, esto no es rentable, y menos a corto plazo. Y ahí está precisamente el reto que yo propongo a las marcas, una declaración de amor incondicional: el placer de invertir en la música popular sin esperar nada a cambio porque es una de las manifestaciones estéticas más nutritivas, ricas y excitantes que disfruta toda la sociedad. Al fin y al cabo, el que da siempre recibe.
En cuanto al encuentro, es un gran acierto que festivales como el DCODE organicen actividades de estas características en donde se pueda debatir sobre la industria de la música porque entre todos podemos darle la importancia que merece. Y es un gusto ver a profesionales que inviertan una tarde de su tiempo en estas iniciativas. Ahora bien, para próximas ediciones y con el objetivo de equilibrar la mesa de debate es necesario la participación de músicos.
Además de nuestra mesa, en el DCODE Lab se debatió sobre la diversidad de género en los medios y la revolución digital en medios y artistas.
Por orden de izquierda a derecha:
Cande Sánchez Olmos (UA), David Díaz (director patrocinios del FIB), Paz González (ex Jefa Comercial de Prisa), Rubén Arribas (director de El Duende), María Antonella Lupo (Brand Manager del tequila Cuervo), José Moreno (director de Gold Lab), Victoria Rodríguez (representante de youtubers Digitales de Tuiwok/Endemol) y Gaby Salaverry (director de Marketing del Bilbao BBK Live).
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