viernes, 27 de noviembre de 2009

Musicidad, génesis de un nuevo concepto


Foto:  http://www.april77.fr/

La musicidad es un término que no existía y que acuñé en abril del 2009 para identificar y definir al producto cultural que surge de la unión de la música y la publicidad, es decir, cuando la música funciona como mensaje publicitario; o bien, cuando la publicidad se manifiesta en forma de canciones.


Esta investigación parte de las aportaciones realizadas por el investigador Rodríguez Ferrándiz en la revista Telos “Tiempos de cambios. Industrias culturales en clave postindutrial”(2009) y la publicación Pensar la Publicidad "La publicidad como industria cultural” (2008). Rodríguez Ferrándiz defiende en sus artículos la consideración de la publicidad como industria cultural total tomando como referencia las aportaciones realizadas por Adorno y Horkheimer en su famoso capítulo Dialéctica de la Ilustración en 1947. Pero además, en su artículo de 2009 propone cuatro propuestas de análisis que ayuden a revisar el marco de investigación sobre las industrias culturales en su fase posindustrial:la producción, la difusión, la recepción y la intermediación crítica.

Mi aportación a la investigación coge el relevo a esta invitación para centrarnos en la industria discográfica y la publicitaria con el fin de analizar el pasado, presente y futuro de la producción, difusión y recepción de la música y de los mensajes publicitarios. De este análisis observamos que la línea que separa a la industria discográfica y la publicidad se ha difuminado tanto que ambas industrias conviven en una especie de simbiosis cultural en la que identificamos el nuevo término denominado musicidad. 

Si somos capaces de detectar y definir la musicidad conseguiremos comprender que, al igual que el resto desectores culturales (música, cine, libros, videojuegos, prensa, radio,televisión), la publicidad también puede ser considerada como una industria cultural. Este análisis pretende ampliar las investigaciones sobre la publicidad como industria cultural, pero también invita a reflexionar sobre la culturización de la industria, que persigue dotar a sus productos y servicios de unos valores simbólicos y estéticos que los diferencien de la competencia, y esto es algo que se consigue gracias a la publicidad. 
De esta simbiosis entre marcas y música popular deducimos que la industria se ha culturizado del mismo modo que la cultura se ha industrializado. Por un lado, la música se ha convertido en publicidad para conseguir vender más soportes, entradas de conciertos, etc; por otro lado, las marcas, buscando mayor rentabilidad, se han transformado en música para diferenciarse de sus competidoras.

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